miércoles, 8 de marzo de 2017

Me lancé a vos.

A nosotros le llamo caída libre.
Porque a mi nadie me empujó. Me lancé.

Me lancé a vos.

A vos, sin importar si eras abismo o si tus profundidades eran oscuras.

En caída libre y como en la ruleta rusa.
Como en la ruleta rusa, porque confío ciegamente en vos sabiendo que si alguien gatillara podría volarme la cabeza. O el corazón.

Pero confío. En vos.

Y juego.

O como cuando vas al casino y te dicen "Vas perder" y aún así vas.
Porque albergas la pequeña posibilidad de que ganes. Y apostas todas tus fichas.
Y a vos, a lo nuestro, le aposté todo.

Y no me da miedo perder.
Porque estoy ganando.

Déjame decirte que lanzarme no estuvo mal.
Que apostarlo todo me dio más de lo que pude perder.

Porque esta vez me lancé y tengo el paracaídas preparado.
Aposté y estoy ganando.

Y gano un poco más las veces que te quedas mirándome sin decir una palabra. Como si me estuvieras guardando en una cajita.
Gano las veces que me aprietas fuerte la mano como diciendo "Quédate acá".

Gano las veces que soy feliz a tu lado.

Porque si la felicidad tuviera sonido sería tu vos diciéndome "Te quiero" o mejor '' te amo''

Y si todo eso lo consigo lanzándome al abismo. Me volvería a lanzar.
Con vos.

Y por si no lo entendiste: Me arriesgue, me arriesgo (en todos los tiempos)
Y arriesgarse también es amor.